Conocí a Don Lorenzo Servitje hace varios años en una reunión de COPARMEX, tiempo después logré una entrevista privada con él donde le platiqué sobre un libro infantil que estaba haciendo y que lo estaba invitando a que escribiera el prólogo. Lo hizo, fue una experiencia increíble que en otro momento les compartiré.

Hace unos días mi amigo Miguel Gallardo, hoy Presidente Nacional de AliaRSE (Alianza para la Responsabilidad Social Empresarial), compartió en sus redes sociales unas notas tomadas directamente de la legendaria carpeta amarilla que Don Lorenzo siempre cargaba para escribir o guiar las ideas que tenía que expresar en algún foro o reunión a la que se le invitaba.

Las notas contenían una serie de reflexiones sobre por qué Bimbo se había convertido en una empresa exitosa. Hoy en día Bimbo es una empresa multinacional mexicana que tiene presencia en 33 países de América, Europa, Asia y África y vende más de 15 mil millones de dólares al año.

En esa carpeta amarilla había 14 ideas poderosas que recomiendan el camino exitoso que tomó uno de los orgullos empresariales más importantes de nuestro país.

Estas son las notas de Don Lorenzo:

1. Crear una empresa, no un simple negocio.
2. Ser competitivo a través de la tecnología.
3. Con la calidad y frescura no se juega.
4. Tener visión de largo plazo.
5. Crecer, crecer, lo que avanza no retrocede.
6. Pagar pocos dividendos a los accionistas y re invertir continuamente.
7. Austeridad, no lujos.
8. Obsesión por bajar costos.
9. Pugnar por una empresa plenamente humana.
10. El cliente es el jefe.
11. Constantemente buscar la formación de jefes y directivos.
12. Trabajar, trabajar y trabajar.
13. Contar con sistemas y manuales para la operación.
14. ¡Mucha suerte!

Poco hay que abundar sobre cada una de estas reflexiones; se explican por sí solas y se nota a todas luces que, cuando la cabeza de un negocio está completamente convencido de entregar su vida “predicando con el ejemplo”, los resultados no pueden ser de otra forma.

Aunque el último comentario de Don Lorenzo sí me dejó pensando. ¿la suerte se presenta así nomás, se construye… o ambas?

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